La Nación Revés al veto de Trump a estudiantes extranjeros en Harvard: cómo afecta la decisión a las visas F-1 o J-1
09/06/2025
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Harvard logró frenar temporalmente el veto de Trump a estudiantes extranjeros con visas F-1 o J-1; la disputa legal sigue y afecta a miles de aspirantes.
Una jueza federal bloqueó temporalmente la última proclamación de Donald Trump que prohibía el ingreso de nuevos estudiantes extranjeros a la Universidad de Harvard. La decisión judicial se produjo tras una nueva escalada en el enfrentamiento entre el gobierno de Estados Unidos y la prestigiosa institución académica de Massachusetts. Mientras miles de alumnos internacionales mantenían la incertidumbre sobre su futuro, la casa de altos estudios se movilizó en los tribunales para defender su autonomía.La prohibición de Trump a estudiantes extranjeros en Harvard y la reacción judicialLa jueza federal Allison Burroughs concedió el 4 de junio una orden de restricción temporal que suspendió la aplicación de una proclamación presidencial. Esta pretendía bloquear el ingreso a Estados Unidos de la mayoría de los nuevos estudiantes internacionales con destino a Harvard y advertía que quienes ya estaban matriculados podrían perder sus visados.El texto justificaba la medida al afirmar que Harvard se había convertido en un “destino inadecuado para estudiantes e investigadores extranjeros”, al tiempo que invocaba razones de seguridad nacional. Por su parte, la universidad respondió de inmediato en un tribunal federal al modificar una denuncia legal anterior y señalar que esta acción formaba parte de una campaña “creciente de represalias” por parte del gobierno federal.En su fallo, citado por Associated Press, la jueza Burroughs sostuvo que Harvard había demostrado que sin una intervención judicial urgente sufriría “un daño inmediato e irreparable”. La misma magistrada ya había bloqueado un intento anterior de la administración Trump de revocar la certificación que permitía a Harvard recibir estudiantes internacionales.¿Qué implica esta decisión para las visas F-1 y J-1?El conflicto judicial tuvo un impacto inmediato en quienes poseen visas F-1 (estudiantes académicos) y J-1 (intercambio educativo y cultural). Según cifras de Harvard, más de 7000 personas vinculadas a la institución —incluidos los estudiantes titulares de esas visas y sus dependientes— se encontraban en una situación incierta tras la proclamación presidencial.De no haberse dictado la orden judicial, la proclamación habría impedido que miles de estudiantes ingresaran a Estados Unidos durante los semestres de verano y otoño boreal. La universidad calificó a sus alumnos internacionales como “peones” de una campaña gubernamental de represalias.En una carta dirigida a la comunidad universitaria, Alan Garber detalló que Harvard trabaja en planes de contingencia para permitir que tanto alumnos como profesores visitantes continúen con sus investigaciones y formación académica. “Cada uno de nosotros forma parte de una comunidad universitaria verdaderamente global. Sabemos que los beneficios de reunir a personas talentosas de todo el mundo son únicos e irremplazables”, señaló.La suspensión temporal dictada por la jueza Burroughs protege momentáneamente la situación migratoria de estos estudiantes, pero no resuelve de fondo la disputa. Harvard asegura que Trump “castiga” a la universidad por no acatar sus exigenciasHarvard denunció que las acciones del presidente Trump responden a una estrategia de venganza política. En la demanda judicial, la Universidad admitió que el mandatario tiene la autoridad para restringir el ingreso de extranjeros en caso de que esté en juego el interés nacional, pero argumentó que esa justificación no aplicaba en este caso.La institución educativa planteó que la decisión presidencial no perseguía proteger los intereses de Estados Unidos, sino “castigar a Harvard por negarse a acatar las exigencias del gobierno respecto a su plan de estudios, su comunidad académica y su ideología institucional”. Además, mencionó que esta no era la primera vez que se intentaban cortar los vínculos entre Harvard y sus estudiantes internacionales.En el comunicado publicado el 23 de mayo, el presidente interino de la Universidad, Alan Garber, subrayó que el gobierno había intentado anular su certificación para acoger estudiantes y académicos extranjeros, amparándose en supuestos incumplimientos administrativos. El vocero afirmó que la institución había cumplido con los requerimientos legales y que la revocación constituía una “represalia no disimulada” y una acción “arbitraria, irracional y unilateral”.El contexto político en el ataque de Trump a universidades de EE.UU.La política de Donald Trump hacia las universidades de élite fue cada vez más beligerante desde su retorno a la presidencia. La Casa Blanca señaló a instituciones como Harvard y Columbia por permitir manifestaciones propalestinas en sus campus y por promover políticas de diversidad e inclusión. A raíz de esto, se congelaron aproximadamente 3200 millones de dólares en subvenciones y contratos federales destinados a la primera de estas casas de estudio, y se amenazó con quitarle beneficios fiscales.La fiscal general Pam Bondi respaldó públicamente la medida presidencial. A través de su cuenta en la red social X, escribió: “Ser admitido en una universidad estadounidense ‘de élite’ no es un derecho, sino un privilegio. Este Departamento de Justicia defenderá con firmeza la proclamación del Presidente que suspende la entrada de nuevos estudiantes extranjeros en Harvard por motivos de seguridad nacional”.
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